sábado, 7 de febrero de 2015

Mensaje a Esther de España - 2 de febrero del 2015

2 febrero 2015
13.05 de mediodía

Jesús:

Llénate de humildad para asemejarte a Mi Madre.
No quieras ser nada.
No pretendas razonar nada.
Abandónate por completo a lo que te pide tu Dios.
Y te pido una docilidad total, un anonadamiento en esta misión de transmitir, a Mis queridos hijitos, los eventos que van a acontecer.
No temas.
Obedece fielmente a cuanto te pido y Me complacerás.
Las puertas de Mi corazón ya están completamente abiertas.
Y de Mi corazón fluyen ríos de misericordia que se derraman sobre toda la tierra.
Esta misericordia Mía, que es roja como Mi sangre, irá salvando a las almas y las traerá a Mi corazón.
Correrán, por las calles y por las plazas, por los montes y por los collados, por las llanuras y por el mar, ríos infinitos de misericordia.
Porque llega la hora final.

Porque ya estáis en ella.
Porque Mi venida es fulminante.
Precedo Mi venida con un derramamiento de misericordia para que todas las almas, especialmente las más pecadoras, entren en Mis ríos de amor y queden salvadas al instante.
¡Anunciad Mi venida gloriosa!
¡Anunciadla, mensajeros de Mi corazón de paz!
Perded el temor y proclamad que todo está a punto de cumplirse.
Que la maldad será desterrada y comienza una primavera para Mi humanidad.
Mi hijo Francisco ha abierto las puertas de esta primavera.
Ha abierto de par en par puertas y ventanas de Mi querida Iglesia que se habían mantenido cerradas durante muchos años.
El aire limpio entrará a Mi Iglesia e irá purificando todo cuanto invada.
Estáis en plenos dolores de parto pero el canal ya se ha abierto por Mi hijo Francisco.
Era necesario terminar la gestación aunque haya tanto dolor en los últimos momentos. Terminará para vosotros una forma de vida oscura y encerrada y comenzará una vida llena de luz y pureza.
¡Mirad que os aviso!
¡Estad despiertos esperando al novio, que no tardará en llegar!
Amén.

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