viernes, 6 de mayo de 2016

Abr 13_16 Sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis.

Abr 13_16 Sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis. ImprimirE-Mail
Rosario vespertino.

Temas: 

  • Os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.
  • Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos.
  • Escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble.
  • Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra.  
  • Debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.


Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.


Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.

Hijitos Míos, os quisiera preguntar, muy en lo personal, ¿en qué grado de conversión creéis estar? Yo, vuestro Hermano Jesucristo, caminé sobre la Tierra, preparé a los primeros apóstoles y discípulos y, aun, así, muchos de ellos fallaron.

Muchos discípulos, cuando les dije que si Me amaban tenían que comer Mi Cuerpo y beber Mi Sangre para tener Vida, se echaron para atrás.

Ciertamente, cuando escogí a los doce y después de que el Espíritu Santo los tomó en Pentecostés, les dio la Fuerza con la que predicaron. Esos fueron Mis apóstoles.

Os he pedido que seáis los apóstoles de estos tiempos y os vuelvo a preguntar: ¿en qué grado de conversión creéis estar, como para que pudierais pasar las pruebas que pasaron Mis primeros apóstoles?

Ciertamente, debéis tener una Fe a prueba de todo, ¿la tenéis?, ¿no Me negaréis en los momentos difíciles, como le pasó a Pedro?, ¿tenéis una plena confianza en Mí, vuestro Dios Jesucristo, que os está pidiendo el ser verdaderos apóstoles y que, pase lo que pase, os mantendréis en ésa posición?

Ciertamente, os he dicho que vosotros estáis para continuar Mi Obra y que deberéis estar llenos de Mí, guiados por Mi Santo Espíritu, ¿os daréis plenamente por Mí, para ayudar en la conversión a infinidad de vuestros hermanos?

Antes que nada, necesito de vosotros, una plena donación, una plena confianza en Mí y una vida de Virtud y de Amor.

Ciertamente, ser un apóstol Mío, conlleva mucho trabajo, dedicación y, sobre todo, olvido de sí mismos. ¿Estaríais preparados, en estos momentos, a que si Yo os lo pidiera, empezarais vuestra misión fuerte, con un apostolado en estos tiempos?

Lo que os estoy pidiendo y a lo que os estoy llevando, es comprobar que vosotros, realmente, Me amáis, que  os daríais plenamente por Mí, para la salvación de vuestros hermanos y, sobre todo, para cambiar a este Mundo de maldad, en un Mundo de Amor, en un Mundo, en donde Yo pueda venir a Reinar sobre todos vosotros, sobre el resto fiel que ha de quedar después de la Purificación.

Mis pequeños, sé que os estoy pidiendo una cosa difícil a vuestros ojos y a vuestro entendimiento. Os he ido preparando para que llevéis a cabo una misión muy especial, que todavía no conocéis plenamente.

Muchos de vosotros, con estas preguntas que os acabo de hacer, dudasteis, porque sois todavía humanos, con obligaciones familiares, económicas, que tenéis qué cumplir. Lo que busco Yo, es vuestra disponibilidad para servirMe.

Yo respeto la vida del hombre y sus obligaciones, aquellos que Me siguen, aquellos que se entregan por Mí, llevan una preparación física y espiritual, que viene del Cielo, porque deberéis transmitir Mi Palabra y vivir los Valores del Cielo, pero, por otro lado, también tendréis que luchar contra las fuerzas de satanás, que se han liberado muy fuertemente y que, vosotros, sin Mí, no podríais sobrevivir a sus ataques.

Ahora, vuestra actitud cambia, porque os sentís respaldados por Mí. No os estoy obligando a algo, sino, que, os estoy pidiendo, en libertad total, vuestra donación y, ahora os dais cuenta, de que Yo necesito de vosotros, pero Yo arreglaré también vuestras obligaciones.

Mis pequeños, son muy pocas las almas que se donan para servirMe, no os imagináis cuán pocas son las almas que responden con un “sí”, inmediatamente.

Os he dicho que vendrán grandes cambios para la Tierra y aun para vosotros mismos. Yo  os iré guiando, os iré llevando por los caminos que Yo necesito que vosotros caminéis, y que vayáis tomando vuestro compromiso Conmigo, con vuestro Dios.

Recordad que os he dicho que Yo no presiono, y pido vuestro permiso para ser tomados por Mí, en Mi Santísima Trinidad, para servir a vuestros hermanos y llevar a cabo vuestra misión celestial.

Os vuelvo a repetir, sin Mí, vosotros no sois nada y, Conmigo, grandes cosas habréis de hacer, especialmente, vencer a satanás y a sus secuaces, para que se purifique la Tierra y el Universo entero, y podáis ver la Obra grande de Salvación y del Principio de Nueva Vida que se dará para el Bien de las almas escogidas y para Gloria Nuestra, en Nuestra Santísima Trinidad.

Vosotros deberéis estar bien preparados, como preparé a Mis apóstoles, para llevar Mi Palabra. Sólo quiero vuestra disponibilidad, que vuestro libre albedrío, no presionado en lo absoluto, quiera libremente servirMe, amarMe y salvar a vuestros hermanos. Os lo agradeceré, infinitamente, cuando deis vuestro “fiat”.

Ciertamente, los primeros apóstoles, muy temerosos estaban antes de su transformación en Pentecostés, pero estaban apoyados en Mi Madre, la Siempre Virgen María, y Ella los guiaba, les daba fuerza, aliento, para seguir en la prueba y en el servicio que Yo les pedí que dieran, que era el llevarMe a todo el Mundo, a todas las naciones.

Así, pues, Mis pequeños, solamente quiero escuchar de vosotros que  queréis vivir para Mí, y Yo Me encargaré de vuestra transfiguración y de los Dones del Espíritu Santo, que deberán derramarse sobre vosotros, de acuerdo a la misión que llevaréis cada uno de vosotros, para que Mi Reino se implante sobre la Tierra y en el Universo entero y, así, con Mi Reino en la Tierra, Yo, vuestro Dios Jesucristo, sea vuestro Pastor y vosotros, el nuevo rebaño.

Dependo de vuestro “fiat”, dependo de vuestra donación, dependo del amor, que queráis dar a vuestros hermanos. 

Ciertamente, Yo podría cambiar todo, sin la necesidad de vuestro apoyo, pero os he escogido y os he preparado, por años, para estos momentos que se han de dar y quiero compartir Mi Triunfo con vosotros.

Os Bendigo, Mis pequeños, abrid vuestro corazón, para que Mi Santo Espíritu entre en vosotros y que tengáis vuestro Pentecostés personal, para que podáis ser transformados en ésos apóstoles de estos tiempos que quiero de cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos.

Hijitos Míos, así como se enferma el cuerpo, también se enferma el alma.

Vosotros, los que ya habéis vivido varios años sobre la Tierra y que habéis sido, a veces, atacados muy fuertemente por satanás, os dais cuenta, perfectamente, de lo que os digo. Así como en el cuerpo hay enfermedades graves, que causan mucho dolor y que pueden dejar secuelas para toda vuestra vida, en el alma también existen, Mis pequeños.

Cuántas veces cometéis faltas graves, que os van a dejar marcada vuestra existencia. Si estáis Conmigo, o al menos, cuando caéis, os levantáis y tratáis de manteneros Conmigo, vuestra recuperación es rápida; sí queda una secuela por el pecado cometido, y si os acercáis a Mí, la ofreceréis y os uniréis a Mí en Mis Dolores, Penas, en Mi Vida Pública y en los ataques que sufrí de parte de aquellos que luego Me Asesinaron en la Cruz.

Cuando estáis Conmigo, vuestra vida, aún difícil, se hace llevadera. Aunque el pecado os haya dejado marcados, de ése mal, surgirá un bien. Pero, ¡ay!, de aquellas almas que no están Conmigo, que no ponen su Fe en Mí, que no Me piden Mis Dones, Mis Bendiciones, para salir adelante de estos problemas que vosotros mismos os causáis por tomar el camino equivocado; éstas almas pueden terminar muy mal o desesperadas, pueden hasta quitarse la vida.

Los pecados graves que son enfermedades del alma muy fuertes, si no estáis Conmigo, si no Me buscáis para que Yo os pueda levantar al estado de Gracia, en el cual el alma puede sentirse, nuevamente, a gusto de estar Conmigo, os puede llevar a una vida miserable, pero porque vosotros mismos no confiáis en Mí, vuestro Dios.

Cuando no hay confianza en Mí y queréis hacer vuestras cosas por vosotros mismos, aún aquello que os pido, caéis en soberbia y creéis que podéis salir adelante de vuestra problemática espiritual, y aún humana, y no es así, Mis pequeños.

En estos momentos, vuestra humanidad está muy deficiente, como para salir adelante por vosotros mismos. El pecado, ha crecido tanto en el Mundo que, en momentos, podríais hasta dudar, si lo que estáis haciendo, es bueno o es malo, porque lo que veis a vuestro alrededor ya se os hace tan natural, siendo que esto ofende, inmensamente, a Mi Sacratísimo Corazón.

Cuando buscáis el vivir en estado de Gracia, Yo, vuestro Dios, os voy dando Luz en vuestro caminar y, de esta forma, os voy señalando lo que es bueno, lo que es malo, lo que debéis evitar y  lo que debéis buscar. 

Cuando aprendéis a llevar una vida de oración profunda, cuando Me buscáis y escucháis Mi Voz en vuestro interior, es cuando ya estáis en un grado más alto de espiritualidad, para que Yo os lleve por caminos seguros y podáis hacer, también, mucho bien a vuestro alrededor.

Os he dicho muchas veces que, aquella alma que Me busca, Yo Me dejo encontrar por ella y empieza ése diálogo Divino que todos debierais tener ya; buscadMe, buscadMe con más ahínco y Me encontraréis, Me necesitáis en vuestra vida. Hay muchas cosas que vosotros no os dais cuenta que existen a vuestro alrededor y son trampas de satanás, que lejos de llevaros a vuestra santidad de vida, os van apartando de ella.

Evitad todo aquello, y a aquellos, que os digan que todo ya es lo normal, porque ya muchos lo hacen; ésas son inspiraciones satánicas, no vienen de Mí, vuestro Dios.

SeguirMe, os lo he dicho antes, es difícil, el camino es pedregoso, doloroso, la puerta es angosta, a ratos parece difícil o casi imposible el seguirMe como Yo quisiera que todos Me siguierais, pero es que tenéis que poner mucho de vuestra parte para llegar al grado de pureza y santidad que vosotros necesitáis para entrar al Reino de los  Cielos.

Cuando Yo os pido una transformación, es porque os quiero aligerar vuestra tarea, vuestra misión, para que sea fácil para vosotros dar el último paso y podáis entrar al Reino de los Cielos.

El Reino de los Cielos, es un regalo inmenso, vais a gozar en él eternamente. Si meditáis esta idea del gozo eterno, primeramente, os debéis salir del tiempo; la eternidad, es el compartir Conmigo para siempre, pero, esto, no cabe dentro de vuestras capacidades actuales y, un regalo inmenso, cuesta mucho ganarlo. ¿O acaso, vosotros creéis que Mi Donación fue fácil? No, Mis pequeños, Me di por vuestra salvación y aún, así, seguís fallando. Os estoy ofreciendo la Eternidad de gozo, Yo acepté la Voluntad de Mi Padre, aceptad ahora Mi Voluntad, para que, con ella, alcancéis vuestra santidad de vida y, lo primero que debéis hacer, es negaros a vosotros mismos. Ésa es vuestra principal tarea, estáis tan llenos de maldad, de defectos y no os dais cuenta, porque ya vivís en un Mundo en decadencia espiritual, en donde aceptáis lo malo como bueno, porque es vuestra forma de vivir. El Cielo es muy diferente a lo que ahora vivís vosotros en la Tierra y, por eso, el negarse a sí mismo, se os hace tan difícil.

PedidMe que os ayude, os costará, quizá, dolor, lágrimas, sangre, pero el resultado a todo ello, será inmenso, bellísimo, santísimo y, luego, Me lo agradeceréis. 

Luchad, luchad por el premio tan grande que os voy a dar, el cual, gozaréis después y por toda la eternidad. 

Aquellos que dan el primer paso, Yo les ayudo con los siguientes pasos pero, el primer paso, es vuestra disponibilidad, es vuestra voluntad, es hacer a un lado vuestro orgullo, vuestra persona, vuestro “yo”, para que sea Yo, vuestro Dios el que entre en vosotros, en vuestra vida y os lleve a la perfección. Las almas en el Cielo, viven en la perfección, ¿acaso os sentís ahora perfectos, como para que no tengáis que hacer lo que os estoy pidiendo?
Gracias, Mis pequeños.

Tercer MisterioHabla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble.

Hijitos Míos, os he dicho que todo aquello que le hagáis a alguno de vuestros hermanos, Me lo estáis haciendo a Mí. Si vosotros, realmente, actuarais como Yo quisiera que actuarais, buscaríais agradarme, y especialmente, como os dije en esta frase: “que lo que le hicierais a vuestros hermanos, Me lo estáis haciendo a Mí”, es una realidad, Mis pequeños, porque Yo vivo en vuestro interior. 

Yo siento lo que le hacéis al hermano, escucho lo que le decís, vuestros deseos, aún los íntimos, contra vuestros hermanos o a favor de ellos, también los escucho, los sufro cuando son malos, los gozo cuando son buenos. En Mí, nada escapa, Mis pequeños, porque Soy vuestro Dios y habito en cada uno de vosotros. 

Así que, escucho las palabras o los pensamientos que vosotros decís o pensáis hacia vuestros hermanos y Yo, también, estando en ellos, recibo lo que vuestros labios dicen o lo que vuestra mente desea; así que Mi sufrimiento o Mi gozo, es doble, porque tanto el que actúa y como el que recibe, Yo también lo estoy viviendo.

No habíais pensado en esto, Mis pequeños y por eso sufro, sufro mucho cuando vosotros deseáis un mal y también sufro con el dolor que causáis.

Por eso, como alguna vez os decía, es difícil, en términos generales, que un alma vaya directamente al Reino de los Cielos, por vuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones.

Cuando vosotros hacéis o deseáis un mal, ya estáis pecando. Por el mal que vosotros provocasteis, sufro Yo, primeramente, pero ahí no termina todo, porque el que está recibiendo vuestro mal, lo más normal, desgraciadamente, es que deseé también un mal, de regreso, a aquél que lo está atacando.

Os he dicho que al mal, se le ataca con un Bien. Al mal se le ataca devolviendo amor, pero, ¿cuántos de vosotros estáis lo suficientemente crecidos en virtud, como para que no transmitáis o deseéis un bien a aquél que os está atacando con un mal?

Vosotros debéis buscar el vivir en Mí y para Mí, recordando que, primeramente, estoy Yo en vosotros y que, antes de que hagáis algo o deseéis algo o penséis algo, Yo ya lo estoy viviendo, y luego, el que va a recibir vuestros buenos o malos deseos, también Yo estoy en él. 

Por eso, os pido que antes de que hagáis algo o deseéis algo, lo meditéis profundamente y, primeramente, os repito, el daño va a ser hacia Mí, en vosotros, porque estáis actuando ya en un mal, al estar buscando cómo dañaréis a vuestro hermano. Ya desde ése momento, Me estáis causando un dolor y si lo llegáis a realizar el dolor que le estáis causando a vuestro hermano, y que Me lo estáis causando a Mí, también os va a afectar a vosotros en vuestro Juicio.

¡Cuánto dolor Me habéis causado a lo largo de vuestra existencia y no os dabais cuenta de ello!

Meditad esto en vuestro corazón y llorad vuestros errores pasados, pedidMe que, ahora que lo sabéis, purifique vuestro corazón y, pedidMe que os ayude a encontrar vuestra paz interior, al sentiros perdonados por Mí, vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños. 

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra.  

Hijitos Míos, en general, vosotros vivís en el Mundo, como os he explicado antes, con una espiritualidad infantil, viéndoos solamente a vosotros mismos, pidiendo, como hacen los niños pequeños a los padres: el dame, dame y dame, en lugar de poneros a Mi disposición y decirMe: ¿en qué os puedo ayudar, Mi Señor y Mi Dios?

Así os pasáis toda vuestra existencia, pidiendo, pidiendo y pidiendo, que, ciertamente, eso ya es un acto de Fe y eso es bueno, por un lado, porque acudís a Mí, además, de que estáis poniendo vuestra Fe y vuestro corazón en vuestra petición, que eso os va a ayudar a seguir creciendo en Fe y en confianza en Mí, vuestro Dios, porque, ciertamente, os ayudo cuando Me lo pedís. Aunque, por otro lado, vuestros agradecimientos, no siempre llegan.

Pero a lo que voy, Mis pequeños, es que vosotros debéis buscar ésa espiritualidad adulta y, esa espiritualidad adulta, os debe llevar a una comprensión, también, adulta. Vosotros, a veces, ya ni siquiera pedís, exigís y queréis que Yo os dé lo que Yo séque no os va a hacer un bien y, si no os concedo lo que vosotros exigís, o Me tratáis con grosería u os apartáis de Mí o simplemente, tratáis de olvidarMe y buscáis por otros medios, que no vienen de Mí, para obtener lo que, vosotros, en una insistencia infantil y poco espiritual, queréis. Entended que si Yo no os quiero dar algo, es por múltiples razones, primeramente, porque no os convenga; vosotros no conocéis los efectos que pueden provocar vuestra petición. 

¿Cuántas veces pedís, pero para producir un bien a vuestros hermanos? No buscáis primero el bien hacia vuestros hermanos, sino un bien egoísta. Vosotros, recibisteis el don de la vida para el bien de vuestros hermanos. Yo veo por vuestro bien, vosotros debéis ver por el bien de vuestros hermanos, vuestra posición en la vida nunca debe ser egoísta, siempre debe ser de donación, como Mi Hijo, que se donó por vosotros en totalidad, cuando misionó sobre la Tierra, buscando vuestra Redención y la apertura nuevamente, del Reino de los Cielos.

Cuando vosotros pedís por el bien de vuestros hermanos, si hay amor, de corazón, generalmente, os lo voy a conceder. Ciertamente, podéis pedir porque veis necesidad en ellos, pero también, al igual que vosotros, no recibirán de Mí, porque puede llevarlos a un mal, o el hecho de que Yo no se lo dé, también puede ser por males pasados, pecados que hayan cometido, errores desde su infancia, adolescencia y que deberán padecer ésas molestias en su estado, a veces, adulto, por lo que hicieron cuando eran pequeños.

Os he dicho, alguna otra vez, que el padecer aquí en la Tierra, es una purificación a vuestros pecados, esta purificación aquí, va a ser menos fuerte que la que tengáis que padecer en el Purgatorio y, si Yo no os concedo ciertas cosas que vosotros queráis y que os están provocando un dolor aquí en la Tierra, sea de índole física o espiritual, eso lo puedo estar tomando Yo para vuestra purificación aquí en la Tierra para que no padezcáis dolores de purificación más fuertes en el Purgatorio.

Vosotros, en general, Me juzgáis mal cuando Yo no os concedo algo que vosotros, aparentemente y ante los hombres, necesitáis para llevar una vida normal. Recordad que lo que Yo os dé o lo que Yo no os dé, a pesar de vuestras peticiones, a pesar de lo que hagáis, siempre va a ser para vuestro bien. Por eso os he dicho que es muy difícil para el hombre aceptar Mi Voluntad.

Mi Voluntad, siempre os va a producir un bien. Si Yo no os concedo algo, os repito, u os lo concedo, es porque atrás de ello, hay un bien para vosotros, físico o espiritual o ambos. Aprended, Mis pequeños a respetar Mi voluntad, dejaos mover como niños pequeños, dejad que Yo, vuestro Dios, decida en vuestra vida y veréis que todo cambiará a vuestro favor. 

Os he dicho que los dolores que Yo permita en vuestra vida, siempre van a ser para vuestro bien, si los aceptáis y los unís a los de Mi Hijo. Es una Bendición el sufrimiento que Yo permita en vuestra vida, porque tarde o temprano, os dará vuestra purificación que os llevará a vuestra santificación. 

Tened confianza en Mí, Mis pequeños, Soy vuestro Padre, Soy vuestro Dios y quiero lo mejor para vosotros, pero vosotros no estáis capacitados para entender lo que Yo quiero de vuestra vida y en lo que Me podéis servir mientras tengáis vida sobre la Tierra. 

Yo dependo en muchas cosas de vosotros, de vuestra donación, de vuestra oración, de vuestra intercesión. Lo he querido hacer así, para que os unáis a vuestro Hermano, Mi Hijo Jesucristo, en la conversión y salvación de todas las almas y, sobre todo, para poder premiaros grandemente por vuestro actuar bajo Mi Voluntad, aquí en la Tierra. Yo os daré regalos inmensos en el Reino de los Cielos y eternamente, por vuestro actuar bueno y vuestra donación total a Mi Voluntad. 
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.

Hijitos Míos, vosotros, a veces, habláis de Mí, sobre los “caminos torcidos” que Yo utilizo para salvar almas.

Tenéis el ejemplo del hijo pródigo. Se fue, exigió la parte de la herencia, llevaba el mal en su interior porque se portó mal y tuvo que padecer para encontrar el bien y, así, arrepentirse y salvarse con el perdón de su padre.

¿Cuántas veces, en vuestra vida, no he entrado Yo, a vuestro rescate? A veces vais por malos caminos y Yo permito que sufráis, de alguna forma, y eso os separa del Mundo, os aparta del mal en el que estabais viviendo y os doy un tiempo de reflexión, dentro de la enfermedad, o quizá, que hayáis sido separados del Mundo y estéis en prisión o en algún otro lugar, en donde se os prive de vuestra libertad. Ese tiempo que os doy para meditar, os va a llevar hacia el bien, generalmente. 

Otros hermanos vuestros, no aprovecharán esta oportunidad y seguirán en el mal, y ellos mismos ganarán lo que están buscando: su condenación eterna, porque por el mal que están haciendo, saben perfectamente, que todo ése mal, les va a acarrear a ellos un mal final. 

Vosotros, quizá veis mal la enfermedad o el castigo al que incurristeis u os ganasteis por estar en el mal, pero, si veis el resultado final, en donde os arrepentisteis de vuestra mala vida y regresáis a Mí y sois perdonados, eso os va a dar una gran alegría posterior.

Mis pequeños, Yo siempre os estoy buscando, estoy buscando vuestro regreso al Reino de los Cielos. Algunos, tratáis de buscar siempre el bien en vuestra vida, haciendo el bien a vuestros hermanos y, sobre todo, respetando Mis Enseñanzas, Mis Mandamientos, Mis Leyes, alabando Mi Amor, de esta forma, sois también, almas de ejemplo, que con el mismo, motivaréis a almas a que hagan lo mismo que vosotros.

Pero, también, hay otros que os portáis mal y, vuestro ejemplo, va a causar que otros hermanos vuestros, quieran seguir vuestra forma de ser y así, no solamente estaréis echando a perder vuestra vida, sino la de algunos, pocos o muchos, hermanos vuestros que os están viendo y que quieren también tomar vuestro ejemplo como medio de vida y, no solamente destruiréis vuestra vida y vuestro futuro eterno, sino también el de muchas o pocas almas más, que os quisieron seguir, haciendo lo que vosotros hacíais: vivir en el mal.

Os he dicho que seréis juzgados por el mal del que os dais cuenta y del que no os dais cuenta. Esto es muy peligroso para vuestra alma, Mis pequeños y el Juicio lo tendréis y, en el momento de vuestro Juicio, os daréis cuenta a cuántas almas afectasteis, tanto como para el bien, como para el mal y todo se pondrá en la balanza, vuestras buenas obras de un lado, vuestras malas obras del otro. También pondré en la balanza a las almas a las cuales llevasteis hacia el mal con vuestro mal ejemplo o a las almas a las cuales ayudasteis a que cambiaran y que trataran de vivir en el bien, también por vuestra actuación, por vuestra forma de ser.

Es tan importante el ejemplo que dais y pocas veces lo pensáis. Poco recapacitáis sobre ello y, mientras tanto, muchas almas que os vieron hacer el mal, pueden estar arriesgando su alma eternamente. A aquellas almas a las cuales ayudasteis con vuestras palabras, con vuestro ejemplo, con vuestra vida de amor, si mueren antes que vosotros, serán intercesores fuertes para vuestro perdón y salvación eterna.

Vosotros necesitáis de Mi Perdón, porque mucho habéis pecado, mucho habéis dañado a Mi Sacratísimo Corazón y al corazón de vuestros hermanos; y las almas a las cuales habéis ayudado en su salvación, tanto las que están todavía militando en la Tierra, como las que ya estén en el Reino de los Cielos, serán grandes intercesores para vuestra salvación eterna.

Con todo esto, que os he dicho en este Santo Rosario, debéis poner más atención en vuestros pensamientos, palabras y obras, Mis pequeños, pero, sobre todo, más atención en cómo habéis dañado Mi Sacratísimo Corazón, que solamente os ha amado y que nunca os ha dañado. Buscad vuestra perfección, buscad vuestra santificación y, de esta forma, haréis más bien que el mal, que ya habéis hecho.
Gracias, Mis pequeños.

www.diospadresemanifiesta.com

Abr 08_16 Estos son los momentos de la Fe; Estoy en vuestra vida, por vuestra Fe.

Abr 08_16 Estos son los momentos de la Fe; Estoy en vuestra vida, por vuestra Fe. ImprimirE-Mail
Rosario vespertino


Temas: 

  • Gozad pues, Mis pequeños, Mi Presencia, real y verdadera en este Santo Rosario, estoy Yo aquí, con vosotros, como siempre lo he estado, pero quise aprovechar estos momentos para enfatizar ésa alegría que siento por vuestra reunión.
  • El sanedrín está vivo, Me sigue atacando y sigue atacando a aquellos que Me siguen; os prevengo, Mis pequeños, contra estos ataques de satanás y de los que están con él, quiere destruir Mi Obra, quiere destruir vuestra espiritualidad. 
  • PedidMe, continuamente, la Luz del Espíritu Santo. Os he dicho que estos son, también, momentos de Mi Santo Espíritu, para guiar al resto fiel y para lograr la conversión y salvación de tantas almas que están alejadas de Mí.
  • Retomad todos ésos momentos bellos que Me pudisteis haber dado y que no Me disteis, porque pensasteis que no Me estabais dando algo grande para alegrarMe; el simple hecho de tomarMe en cuenta y, aunque Me deis algo pequeñito, con eso Me daréis gran alegría.
  • Recordad que, mientras más deis, aquí en la Tierra, más recibiréis en el Reino de los Cielos, una sola oportunidad tendréis para estar aquí, en la Tierra, con vuestros hermanos, aprovechadla.
  • Si os he enseñado a Amar, no debe haber otra forma de responder, de parte vuestra, a todo ataque de odio, de maldad, aún de muerte, responderéis con amor, con perdón, con alegría, con respeto y deseando su salvación.




Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V. 


Ofrecimiento. Habla Dios Padre.
Sobre: Gozad pues, Mis pequeños, Mi Presencia, real y verdadera en este Santo Rosario, estoy Yo aquí, con vosotros, como siempre lo he estado, pero quise aprovechar estos momentos para enfatizar ésa alegría que siento por vuestra reunión.

(Lenguas…) Hijitos Míos, cuando os reunís para orar Conmigo, Yo ya estoy Presente desde antes de vuestra invitación, estoy con vosotros como en estos momentos; os veo bromear, estoy con vosotros; os veo reír, a veces, contar vuestros problemas del día o de la semana y estoy con vosotros.

Mis pequeños, eso es lo que deseo de Mis hijos, que os deis cuenta, plena cuenta, de que Yo estoy con vosotros en todo momento. Yo no Soy vuestro Dios que se va a presentar solamente cuando sea invitado, de ante mano estoy Presente, pero sí Me gusta que Me toméis en cuenta y que Me invitéis, para hacer más solemne la reunión. Pero, como os digo, Yo ya estoy, desde momentos antes, compartiendo con vosotros. Estoy en el grupo, Soy Familia, sois Mi Familia; Yo, vuestro Padre, vosotros Mis hijos y así quiero que estemos de ahora en adelante y, os lo he pedido de tiempo atrás, que Nosotros hagaMos Familia, porque esto es precisamente, lo que se dará después de la Purificación, la Familia de la Tierra, unida a la Familia del Cielo. 

Cuando vosotros estáis Conmigo, os comportáis como hermanos que sois. Cuando vosotros platicáis con hermanos vuestros, que están siguiéndoMe, que están buscando una espiritualidad alta, vosotros os sentís a gusto, porque Yo estoy en vosotros, no solamente en medio de vosotros, en vosotros estoy y, así, voy uniendo todo vuestro ser; vuestros pensamientos, vuestro corazón y, sobre todo, vuestra finalidad, vuestra meta, que Soy Yo. Vosotros Me buscáis, para que Yo esté en vuestra vida, para que Yo comparta con vosotros en todo momento. 

Ciertamente, todavía tenéis distracciones, veis lo del Mundo. Ciertamente, ya no estáis completamente con el Mundo, ya estáis más tiempo Conmigo y eso Me gusta, Mis pequeños, porque estáis tratando de estar más tiempo Conmigo, vuestro Dios.

Todavía camináis, aún sin verMe, camináis en Fe y eso Me gusta, Mis pequeños, porque la Fe es muy importante para antes de que se venga la Purificación. Vosotros, Me amáis en Fe, compartís en Fe, hacéis vuestras cosas Conmigo en Fe y tiene eso mucho mérito. Cuando Yo os levante el velo y Me podáis ver, ya no viviréis en Fe, porque Yo ya estaré Presente con vosotros, ahí Me gozaréis, viviréis el momento y lo gozaréis inmensamente.

Va a ser bellísimo cuando ya Me podáis ver y podáis compartir Conmigo todo, toda vuestra vida, todos vuestros momentos: alegrías, tristezas, triunfos, todo; pero la Fe ya no estará presente. 

Estos son los momentos de la Fe y por eso os los agradezco más, Mis pequeños, estoy en vuestra vida, por vuestra Fe. 

Me habéis escogido de entre todo lo que existe y de entre todo lo que os interesa. Me escogisteis a Mí, como la Primer Persona, como lo más importante en vuestra vida y eso Me agrada inmensamente, porque el hombre tiene muchos desvíos, materiales y espirituales y cuando a pesar, de todos ésos desvíos y tentaciones, Me escogéis a Mí, antes que a algo o a alguien, eso Me complace mucho, Mis pequeños. Gozo, gozo ésos momentos de Fe y que, ciertamente, estáis esperando a que se os quite el velo de vuestros ojos y Me podáis ver y gozarMe. 

Seguid así, Mis pequeños, aumentando vuestra Fe y vuestra confianza en Mí, vuestro Dios. Ciertamente, ya se acerca el momento en que se os quitará el velo de los ojos y Me podréis ver; pero Me gustan más aún esos momentos, en que camináis entre vuestros hermanos defendiéndoMe, mostrándoMe a ellos, con palabras de Fe y de amor. Vosotros, que no Me habéis visto, defendéis Mi Presencia en vuestro ser por Fe, que es muy distinto a cuando ya llegue el momento en que todos Me verán y ya no Me podréis defender en Fe, porque ya todos Me conocerán. Me gozaréis, ciertamente, de otra forma, porque tenerMe frente a vosotros, es lo más bello que un alma puede tener.

Este va a ser Mi regalo después de la Purificación, tenerMe frente a vosotros.

Gozad pues, Mis pequeños, Mi Presencia, real y verdadera en este Santo Rosario, estoy Yo aquí, con vosotros, como siempre lo he estado, pero quise aprovechar estos momentos para enfatizar ésa alegría que siento por vuestra reunión y, sobre todo, deciros que estoy gozando vuestro crecimiento espiritual. Os voy reuniendo, os voy apartando del Mundo y os voy llevando hacia ése triunfo al que os he llamado y que vosotros habéis atendido.

Gracias, Mis pequeños, estoy con vosotros, seguid adelante, unidos todos en Familia y en Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: El sanedrín está vivo, Me sigue atacando y sigue atacando a aquellos que Me siguen; os prevengo, Mis pequeños, contra estos ataques de satanás y de los que están con él, quiere destruir Mi Obra, quiere destruir vuestra espiritualidad. 

Hijitos Míos, los sacerdotes del sanedrín, continuamente Me atacaban, Yo les estaba enseñando a vivir las Escrituras, pero, ellos, sólo veían la cuestión material, no buscaban crecer espiritualmente. El ataque era continuo, Me seguían, pero no para aprender, como muchos discípulos lo hacían, ellos, Me seguían para ver si decía alguna cosa errónea, que fuera en contra de las Sagradas Escrituras o que hiciera algo en días en que estaba prohibido trabajar, como eran los sábados. 

¡El sanedrín, ésta gente del sanedrín!, causando solamente problemas, no viviendo en la espiritualidad en la cual debían vivir, atacando Mi Palabra y, en estos tiempos, Mis pequeños, es casi lo mismo. El sanedrín, equivale a todos ésos traidores que se han introducido a Mi Iglesia, Me atacan, ya no como en aquél tiempo, pero siguen atacando Mi Evangelización, lo enseñado, lo que todos vosotros, los que Me seguís, debéis vivir, pero ellos van en Mi contra, haciendo de las leyes de la Iglesia y de los Mandamientos lo que quieren y no lo que Yo, en cierta forma, obligo.

Sí, Mis pequeños, en cierta forma, sí os obligo, pero os obligo en el Amor. Vosotros, la gran mayoría de vosotros, sois muy débiles en lo espiritual, aún con vuestro carácter. Cuando se os presentan cosas diferentes, inmediatamente, contraatacáis y muchas veces habláis y contraatacáis de más, porque no conocéis las Escrituras y no conocéis ciertos pasajes que viví, pero que se os hacen diferentes, raros, porque no los conocéis, y atacáis. 

Ciertamente, satanás, que se ha introducido en todos lados y especialmente en Mi Iglesia, ataca, ataca continuamente a aquellos que están haciendo el Bien, que viven en Mi Amor y respetan Mis Leyes.

El sanedrín está vivo, Me sigue atacando y sigue atacando a aquellos que Me siguen; os prevengo, Mis pequeños, contra estos ataques de satanás y de los que están con él ―quiere destruir Mi Obra, quiere destruir vuestra espiritualidad, os quiere destruir completamente.

Manteneos siempre unidos, Mi Santo Espíritu está sobre vosotros, y a cada quien irá dando Su Sabiduría, para que os la compartáis y, de esta forma, os unáis. No quiero líderes, no quiero que alguien sea mayor que el otro, os quiero a todos pequeños, pero grandes en Mi Amor y en Mi Sabiduría. Pequeños, sencillos, humildes y necesitados de Mí, vuestro Dios.

Siempre estaré con vosotros, velando por vosotros y siempre dándoos más. Soy Omnipotente, Soy Eterno y Mi Sabiduría es así, inmensa y eterna, no se acaba, así que, siempre estaréis conociendo más de Mí y eso os mantendrá con un carácter ávido de conocer más de Mí y felices que, al conocer lo que Yo os indique en vuestro corazón, lo compartáis con vuestros hermanos.

AgradecedMe, Mis pequeños, toda la Sabiduría que os doy, protegedla en vuestro corazón y compartidla con vuestros hermanos, los que realmente aprecian Mi Vida en vosotros y Mi Vida alrededor de vosotros. 

Como os he dicho, Mi Iglesia, sois vosotros y en vosotros he dejado Mi Conocimiento, es un regalo muy grande que os doy, que debéis cuidar y que, tarde o temprano compartiréis con vuestros hermanos, con los que quedarán después de la Purificación.

Gozad, gozad, pues, lo que os doy y, sobre todo, gozad más, sabiendo que Yo os voy guiando y que estoy con vosotros, a vuestro alrededor y dentro de vosotros, en vuestra mente y en vuestro corazón. 
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: PedidMe, continuamente, la Luz del Espíritu Santo. Os he dicho que estos son, también, momentos de Mi Santo Espíritu, para guiar al resto fiel y para lograr la conversión y salvación de tantas almas que están alejadas de Mí.

Hijitos Míos, pedidMe, continuamente, la Luz del Espíritu Santo. Os he dicho que estos son, también, momentos de Mi Santo Espíritu, para guiar al resto fiel y para lograr la conversión y salvación de tantas almas que están alejadas de Mí.

Mi Santo Espíritu os ha de guiar en estos momentos de la historia, además, Él os compartirá de Sus Dones, que, ciertamente, los vais a necesitar. También, de Él, esperad grandes regalos que Él da, precisamente, a aquellas almas, en las cuales confía, porque han vivido una vida de amor, una vida de respeto a Mis Leyes. Son almas, en las cuales Nosotros confiaMos y, por eso, Mi Santo Espíritu os regalará infinidad de Bendiciones y regalos espirituales, para que podáis guiar, al principio, a tantas y tantas almas que no sabrán qué hacer en los momentos difíciles que ya se han de venir.

Mi Santo Espíritu es Sencillo, os dará lo que necesitéis, no en forma espectacular sino íntima, Él os conoce perfectamente y gozaréis Su Presencia en vosotros. PedidLe, a Mi Santo Espíritu, que os venga a dar ésa vida que tanto necesitáis, ésa profundidad de vida espiritual, porque la necesitaréis para éstos tiempos de tribulación. 

Aún, a pesar del Bien que Yo voy a permitir para vuestro cambio, satanás se encargará de hacer de éstos momentos Celestiales, momentos de tribulación, de duda, para que no vengáis a Mí, no os dejéis engañar por él. Lo que Yo os voy a regalar, son los Tesoros del Universo, los Tesoros del Cielo, Mis Tesoros de Amor, satanás no puede acceder a todo esto, Me pertenecen y Yo los comparto con las almas a las que más amo, así que, desconfiad de todo lo que os pueda prometer satanás, él os puede prometer infinidad de cosas, que las conoce, ciertamente, pero no os la puede regalar, porque él Me traicionó, se alejó de Mí y os quiere alejar, también, a vosotros, de Mí.

Lo Mío, todo aquello que viene de Mí, es valiosísimo, es bellísimo, os hace crecer espiritualmente a niveles altísimos, a tal grado, que vosotros os podéis defender fácilmente de las fuerzas de satanás.

Manteneos fieles a Mí y Mi Santo Espíritu os dará todo aquello que necesitaréis para crecer a niveles espirituales muy altos y así podáis ayudar a infinidad de vuestros hermanos a alcanzarMe.

Ciertamente, en estos tiempos de cambio, conoceréis la espiritualidad tan baja de muchos de vuestros hermanos; las apariencias os pueden engañar, Mis pequeños, podréis creer que algunos hermanos vuestros que conocéis, viven en forma altísima, pero no es así, Mis pequeños, sólo Yo conozco la espiritualidad profunda de cada quien, a vosotros no os toca juzgar.

Los regalos que os daré, también irán en proporción en cuanto a lo que habéis hecho por buscarMe, por llenaros de Mí, y transmitirMe a vuestros hermanos.

Os bendigo, Mis pequeños, en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo, en el de Mi Santo Espíritu, para que viváis unidos a Mi Santísima Trinidad en estos tiempos de cambio, de gran tribulación, pero de mucho amor. Sois parte de Mi Amor y, además, poseedores de Mi Amor, gozadlo y compartidlo.
Gracias, Mis pequeños. 

Tercer MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Retomad todos ésos momentos bellos que Me pudisteis haber dado y que no Me disteis, porque pensasteis que no Me estabais dando algo grande para alegrarMe; el simple hecho de tomarMe en cuenta y, aunque Me deis algo pequeñito, con eso Me daréis gran alegría.

Hijitos Míos, cuando Yo os pido que no os separéis de Mí, que vivaMos juntos y que, además, Me ofrezcáis todo lo que hacéis y, aún, todo aquello que pensáis y decís, es hacer Familia, Mis pequeños. En una familia, los integrantes de ella se comparten lo que viven, ciertamente, cuando sois pequeños, y vais creciendo, empezáis a guardaros cosas, muchas de ellas, quizá, porque sean pecaminosas, otras, porque quizá, os den pena hablar de ellas porque empezáis la adolescencia y, por ejemplo, ya os gustó una compañerita o un compañerito de la escuela; cosas sencillas de la adolescencia que guardáis por pena, que, ciertamente, las conozco Yo y que quiero que tengáis ésa confianza de compartirMe.

Mis pequeños, ciertamente, Me gusta mucho que Me compartáis lo que hacéis, que Me lo deis para la salvación de las almas pero, recordad que lo más importante de todo lo que hacéis y que Me compartís, es la intencionalidad.

Mis pequeños, podréis hacer grandes cosas, pero si no hay una intencionalidad buena, que simplemente no Me queráis compartir de aquello, se desperdicia aquel momento, que pudiera haber sido meritorio, para vuestra salvación y para la de muchas almas y se queda en el olvido lo que hicisteis,  porque no Me lo compartisteis.

En cambio, podéis hacer cosas pequeñitas y Me las compartís con todo vuestro corazón y eso Me halaga más. Es como si Me dierais muchas, muchas flores, muchas rosas, un sinfín de combinaciones de bellas flores y lo hacéis, solamente, para aparentar ante vuestros hermanos o para presumir que Me podéis dar más que los demás, pero no estáis haciendo esto con una intención bella hacia Mí. En cambio, si hay otra persona que Me dé una flor pequeñita, pero de todo corazón, ésa florecita tendrá más mérito que las docenas de flores que comprasteis para Mí, pero que fue, más bien, para aparentar ante vuestros hermanos, que para darMe una alegría a Mí, vuestro Dios.

Ciertamente, a lo largo del día, a lo largo de las semanas y meses, desperdiciáis muchos, muchos de ésos momentos que Me pudisteis haber dado, pero como los creísteis pequeños no Me los disteis; y sí pudo haber habido una intencionalidad bella, de corazón a Corazón, pero por creer que vuestro regalo era muy pequeño, no Me lo disteis, perdisteis mucho.

Recordad que los niños pequeños no saben del valor de las cosas. Cuando son muy pequeñitos, simplemente, lo que dan, lo dan con su corazón y con una sonrisa tan bella, que quedáis extasiados con ella, Mis pequeños, y eso es lo que Yo quiero de todos vosotros, que lo que Me deis, sea con una sonrisa bella y, además, que vuestra intención sea de agradarMe, y salga de lo profundo de vuestro corazón, eso valdrá mucho más que un regalo costosísimo que no Me lo deis con vuestro corazón. 

Retomad todos ésos momentos bellos que Me pudisteis haber dado y que no Me disteis, porque pensasteis que no Me estabais dando algo grande para alegrarMe; el simple hecho de tomarMe en cuenta y, aunque Me deis algo pequeñito, con eso Me daréis gran alegría.

Los padres se alegran de las pequeñas cosas que sus hijitos les dan a lo largo del día.

Yo quiero estar así, como vuestros padres cuando erais pequeños, esperando vuestros detallitos a todo lo largo del día, os espero, Mis pequeños, os bendigo y gracias por vuestro amor.
Gracias, Mis pequeños. 

Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Recordad que, mientras más deis, aquí en la Tierra, más recibiréis en el Reino de los Cielos, una sola oportunidad tendréis para estar aquí, en la Tierra, con vuestros hermanos, aprovechadla.

Hijitos Míos, Mis Bendiciones son regalos grandísimos para el desarrollo del alma. Estos regalos que Yo os doy, porque vosotros os los ganáis, con ellos vais creciendo espiritualmente. ¡Cómo quisiera teneros ya en el Reino de los Cielos y que gozarais, como cuando vuestros Primeros Padres caminaban en el Paraíso Terrenal y Me llevaban en su corazón!

Vosotros estáis llamados a vuestra perfección, a una perfección inmensa, que no os imagináis, pero os está esperando. Con todo lo que os he dicho en meses y años anteriores, os podéis dar una idea, aunque sea pequeña, de todo lo bello que os está esperando, si os mantenéis cerca de Mí y cumplís con lo que os pido.

Ciertamente, lo más importante en un hermano vuestro es el estado de su alma, pero no os habíais puesto a pensar, que cada alma, de todos vuestros hermanos a vuestro alrededor, está siendo atacada por las fuerzas de satanás, por un lado y está creciendo con vuestras oraciones y con vuestras enseñanzas, por otro lado. Cada alma existente, está siendo siempre consentida, por Mí, por un lado, y atacada, fuertemente, por satanás, por otro lado. Ésos son todos los días de vuestra vida, días y noches.

Os he dicho que contáis Conmigo continuamente, en todo momento, a todas horas, sin importar la magnitud de vuestras necesidades o las de vuestros hermanos, por quienes estáis intercediendo.

Tomad esto, Mis pequeños, como una obligación de amor hacia vuestros hermanos. La vida espiritual es el regalo más grande que las almas pueden empezar a tener aquí en la Tierra y que vosotros obtenéis al estar Conmigo. Un alma, puede llegar al Reino de los Cielos, con un brillo excepcional, que adquirió en la Tierra, por muchas bendiciones Mías; otras llegarán brillando menos, porque, no dieron mucho ni pidieron gran cosa para alcanzar ésa perfección espiritual, la cual, todos vosotros debéis alcanzar.

Todo aquello que vosotros deis aquí en la Tierra y que hagáis por vuestros hermanos, quedará marcado por toda la eternidad. Vivir en el Cielo es muy diferente a vivir en la Tierra. Allá, todas las almas os conocéis y os conocéis en profundidad, ya no podréis esconder nada, todos sabrán todo lo bueno que hicisteis, todos los méritos que ganasteis por hacer el bien.Pasaréis junto a vuestros hermanos y mutuamente os alegraréis con lo que hizo cada uno de vosotros. 

Ciertamente, no habrá críticas ni malos ratos, sino pura Virtud y Amor. Pero recordad que, mientras más deis, aquí en la Tierra, más recibiréis en el Reino de los Cielos, una sola oportunidad tendréis para estar aquí, en la Tierra, con vuestros hermanos, aprovechadla, Mis pequeños. 

Quisiera que vosotros Me pidierais que Mi Santo Espíritu os enseñara y os aconsejara, sobre ésos momentos que se darán, queráis o no, en cuanto a vuestro Juicio y a vuestro Regalo, en el Reino de los Cielos. Vuestro Juicio será de acuerdo a lo que hayáis hecho, lo que hayáis dado primeramente a Mí, en Mi Santísima Trinidad y luego a vuestros hermanos, y será una marca indeleble y eterna.

Si meditarais sobre esto, os repito, y sabiendo que solamente tendréis una sola oportunidad, que es vuestra vida terrena, activaríais vuestros momentos de bien hacia vuestros hermanos, Me los agradeceríais y Me los compartiríais para agradarMe a Mí, vuestro Dios.

Ahora que os lo digo, alegraos de este misterio de amor que os dará un gozo inmenso en el Reino de los Cielos, pero que tenéis que poner mucho de vuestra parte, para alcanzar muchos méritos que gozaréis luego ante vuestros hermanos, en el Reino de los  Cielos.

OfrecedMe vuestra vida, ofrecedMe todo lo que hagáis, de ahora en adelante, para que vayáis gozando, ya, ésos momentos, en que pasaréis de la Tierra al Cielo y vuestros hermanos allá os recibirán alegremente y compartiréis felizmente todo lo que hicisteis para la salvación de las almas y, sobre todo, para agradarMe a Mí, vuestro Dios. 
Gracias, Mis pequeños.

Quinto MisterioHabla Dios Padre.
Sobre: Si os he enseñado a Amar, no debe haber otra forma de responder, de parte vuestra, a todo ataque de odio, de maldad, aún de muerte, responderéis con amor, con perdón, con alegría, con respeto y deseando su salvación.

Hijitos Míos, la sencillez, siempre os va a abrir las puertas, tanto del Cielo, como las de la Tierra.

Si vosotros actuáis ante vuestros hermanos en forma sencilla, amorosa y, sobre todo, respetuosa, vuestros hermanos, en su gran mayoría, pagarán con la misma moneda. Si vosotros los amáis y los respetáis ellos, también, empezarán a hacerlo.

Todos vosotros, aunque tengáis ya muchos años de vida sobre la Tierra, siempre aprenderéis cosas nuevas. Sois como niños pequeños, a los cuales se les tiene que seguir enseñando para que os sepáis comportar, primeramente, aquí, con vuestros hermanos en la Tierra y luego os podáis comportar como Yo quiero que os comportéis, como verdadera familia, como verdaderos hermanos en el Cielo, como os enseñó Mi Hijo. Cuando Él estuvo sobre la Tierra, a pesar de que Lo trataban, algunos, con insolencia, grosería, maldad, blasfemia, la respuesta, hacia ellos, siempre fue en Amor.

Vosotros debéis responder siempre con virtud, no con maldad. Mi Amor es Inmenso, es Omnipotente, atraviesa toda barrera que se le ponga enfrente, aún aquellas barreras que dañan, que os puedan dañar; así es como vosotros os defenderéis de la maldad con que os ataquen―y os atacarán cada vez más fuerte. 

Si os he enseñado a Amar, no debe haber otra forma de responder, de parte vuestra, a todo ataque de odio, de maldad, aún de muerte; responderéis con amor, con perdón, con alegría, con respeto y deseando su salvación.

¿Cuáles fueron las Palabras de Mi Hijo, casi al final de Su Existencia y en la Cruz? “perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen”. Pudo haber pedido la muerte para todos ellos ya que, siendo Dios, lo hubiera logrado, pero Él vino a salvar, vino a dar Vida a aquellos que estaban muertos en el pecado y en la maldad. 

Aquellos tiempos no son diferentes de los actuales que estáis viviendo, la maldad persiste y, quizá, hasta se haya aumentado. Todos vosotros habéis vivido momentos de dolor, de ataque, de insolencia, de maldad, de brusquedad de parte de vuestros hermanos, ¿cómo habéis respondido a todo eso?

Yo permito eso, Mis pequeños, para que vosotros vayáis creciendo en virtudes y en amor, porque entraréis al Reino de los Cielos purificados de todo pecado y viviendo en virtud y en Amor. Todo lo que Yo permita en vuestra vida, es prueba, para que vosotros crezcáis como Mi Hijo os enseñó. También vosotros estáis salvando almas, no desperdiciéis ésa oportunidad. No os imagináis el regalo tan grande que concedo a las almas que salvan y hacen crecer en Mi Amor, a las almas de vuestros hermanos.

Manteneos, pues, atentos a que no cometáis más errores con el trato que deis a vuestros hermanos y las respuestas que salgan de vosotros a los ataques que ellos os confieran. Amadles, amadles a los que desean un bien hacia vosotros, y perdonadles y amadles a aquellos que os ataquen, de esta forma os llamarán hijos de Dios, que para eso estáis en la Tierra, para ser llamados hijos de Dios.
Gracias, Mis pequeños. 

www.diospadresemanifiesta.com